Campos electromagnéticos y cáncer

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¿Qué son los campos eléctricos y los magnéticos?

Los campos eléctricos y los magnéticos son áreas invisibles de energía (llamada también radiación) que se producen por la electricidad, que es el movimiento de electrones, o corriente, por un alambre.

Un campo eléctrico es producido por el voltaje, el cual es la presión necesaria para empujar electrones por un alambre, semejante al agua que se empuja por un tubo. Al aumentar el voltaje, el campo eléctrico aumenta su fuerza. Los campos eléctricos se miden en voltios por metro (V/m).

Los campos magnéticos resultan del flujo de corriente por alambres o por aparatos eléctricos y adquieren mayor fuerza a medida que aumenta la corriente. La fuerza de los campos magnéticos disminuye con rapidez a medida que aumenta la distancia desde su fuente. Los campos magnéticos se miden en microteslas (μT, o millonésimo de una tesla).

Los campos eléctricos se producen independientemente de si un aparato está encendido o apagado, pero los campos magnéticos se producen solo cuando fluye la corriente y se necesita que el aparato esté encendido. Las líneas de transmisión producen campos magnéticos de manera continua porque la corriente siempre fluye por los mismos. Las paredes y otros objetos actúan como escudo o debilitan con facilidad los campos eléctricos; los campos magnéticos pueden traspasar edificios, organismos vivos y la mayoría de otros materiales.

Cuando se hace referencia a los campos eléctricos y magnéticos en su conjunto se les llama campos electromagnéticos o CEM. Las fuerzas eléctricas y las magnéticas en los CEM son causadas por radiación electromagnética. Hay dos categorías principales de CEM:

  • CEM de alta frecuencia, lo cual incluye los rayos X y los rayos gamma. Estos CEM están en la parte del espectro electromagnético de radiación ionizante y pueden dañar al ADN o a las células directamente.
  • Los CEM de baja y media frecuencia, lo cual incluye campos estáticos (campos eléctricos o magnéticos que no varían con el tiempo), campos magnéticos de líneas de transmisión y aparatos, ondas de radio, microondas, radiación infrarroja y luz visible. Estos CEM están en la parte del espectro electromagnético de radiación no ionizante y no se sabe que dañen al ADN o a las células directamente. Los CEM de frecuencia baja o media incluyen CEM de frecuencia extremadamente baja (EBF- CEM) y CEM de radiofrecuencia. Los CEM de frecuencia extremadamente baja tienen frecuencias de hasta 300 ciclos por segundo, o hertz (Hz), y los CEM de radiofrecuencia son desde 3 kilohertz (3 kHz, o 3000 Hz) a 300 gigahertz (300 GHz, o 300 mil millones de Hz). La radiación de radiofrecuencia se mide en vatios por metro al cuadrado (V/m2).
El espectro electromagnético representa todas las posibles frecuencias de energía electromagnética. Comprende desde longitudes de onda extremadamente largas (exposiciones a frecuencias extremadamente bajas como las de líneas de transmisión) hasta longitudes de onda extremadamente cortas (rayos X y rayos gamma) e incluye tanto la radiación ionizante como la no ionizante.

¿Cuáles son las fuentes comunes de CEM no ionizantes?

Existen fuentes tanto humanas como naturales de CEM no ionizantes. El campo magnético de la tierra, que causa que una brújula señale el norte, es un ejemplo de un CEM que ocurre en forma natural.

Los campos electromagnéticos producidos por humanos están comprendidos tanto en las categorías de EBF como de radiofrecuencia de la parte no ionizante del espectro electromagnético. Estos CEM pueden originarse de varias fuentes.

CEM de frecuencia extremadamente baja. Fuentes de campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja (FEB) son las líneas de transmisión, alambrado eléctrico y aparatos eléctricos como rasuradoras, secadoras de pelo y mantas eléctricas.

Radiación de radiofrecuencia. Las fuentes más comunes de radiación de radiofrecuencia son los aparatos y equipos de telecomunicación inalámbrica, como teléfonos celulares, medidores inteligentes y aparatos portátiles inalámbricos, como laptops y tabletas (1).   En Estados Unidos, los teléfonos celulares actualmente operan en un rango de frecuencia aproximada de 1,8 a 2,2 Gigahercios (GHz) (2). (Para obtener más información acerca de teléfonos celulares, consulte la hoja informativa del NCI titulada (Teléfonos celulares y el riesgo de cáncer).

Otras fuentes comunes de radiación de radiofrecuencia son:

  • Señales de radio y de televisión. Los radios de AM/FM y televisiones anticuadas de VHF/UHF operan a radiofrecuencias más bajas que los teléfonos celulares. Las señales de radio son AM (amplitud modulada) o FM (frecuencia modulada). La radio de AM se usa para transmitir por largas distancias, mientras que la radio de FM cubre áreas más urbanas. Las señales de AM se transmiten de conjuntos grandes de antenas colocados en una elevación alta en sitios fuera del alcance del público porque las exposiciones cerca de la fuente pueden ser altas. Los trabajadores de mantenimiento podrían estar expuestos en forma sustancial a la radiofrecuencia de las antenas de radio AM, pero no el público en general. Las antenas de radio FM y de transmisión de televisión, que son mucho más chicas que las antenas de AM, por lo general se montan en la parte superior de torres altas. Las exposiciones a radiofrecuencia cerca de la base de estas torres están abajo de los límites reglamentarios (3), por lo que la exposición del público en general es muy baja. Algunas veces, antenas locales de radio y TV se montan en la parte superior de un edificio; generalmente el acceso al techo de esos edificios es controlado.
  • Equipo de radar, estaciones de satélite, aparatos de resonancia magnética y equipo industrial. Estos operan a radiofrecuencias de alguna manera más altas que los teléfonos celulares (1).
  • Hornos de microondas que se usan en casas, los cuales funcionan a radiofrecuencias más altas que los teléfonos celulares (1). Los hornos de microondas se fabrican con protección efectiva que ha reducido la fuga de radiación de radiofrecuencia de estos aparatos a niveles apenas detectables.
  • Teléfonos inalámbricos, los cuales pueden operar con tecnología análoga o DECT (Digital Enhanced Cordless Telecommunications) y que típicamente emiten radiofrecuencias semejantes a los de teléfonos celulares. Sin embargo, ya que los teléfonos inalámbricos tienen un alcance limitado y requieren una base cercana, las fuerzas de sus señales son generalmente más bajas que las de teléfonos celulares (1).
  • Estaciones base de teléfonos celulares. Las torres de antena o estaciones de base, incluso para redes de teléfonos móviles y para transmisiones de radio y televisión, emiten varios tipos de energía de radiofrecuencia. Ya que la mayoría de los individuos del público en general están expuestos solo intermitentemente a estaciones de base y a antenas de transmisión, es difícil calcular las exposiciones para una población (4). La fuerza de estas exposiciones varía según la densidad de la población de la región, la distancia promedio desde la fuente y el tiempo del día o día de la semana (exposiciones más bajas los fines de semana o de noche) (1). En general, las exposiciones disminuyen al aumentar la distancia desde la fuente (5). Se ha encontrado que las exposiciones entre los trabajadores de mantenimiento varían dependiendo de sus tareas, del tipo de antena y de la ubicación del trabajador con relación a la fuente (1). Es muy difícil calcular las exposiciones acumuladas de tales trabajadores.
  • Televisiones y monitores de computadora producen campos eléctricos y magnéticos en varias frecuencias, así como campos de electricidad estática. Las pantallas de cristal líquido de algunas computadoras laptop o de escritorio no producen campos eléctricos o magnéticos de importancia. Las computadoras modernas tienen pantallas conductivas que reducen a niveles normales los campos estáticos producidos por las pantallas.
  • Redes inalámbricas de áreas locales, conocidas comúnmente como Wi-Fi. Estas son tipos específicos de sistemas de redes inalámbricas y una fuente creciente común de radiación de radiofrecuencia. Las redes inalámbricas usan ondas de radio para conectar aparatos de Wi‑Fi a un punto de acceso que está conectado a Internet, ya sea físicamente o por medio de alguna forma de conexión. La mayoría de los aparatos de Wi-Fi operan a radiofrecuencias que son en cierta manera como los teléfonos celulares, típicamente de 2,4 a 2,5 GHz, aunque en años recientes han aparecido aparatos Wi-Fi que operan a frecuencias más altas (5, 5,3, o 5,8 GHz) (6). La exposición a radiación de radiofrecuencia procedente de aparatos de Wi-Fi es considerablemente más baja que la de teléfonos celulares (7). Ambas fuentes emiten grados de radiación de radiofrecuencia que están muy abajo de los 10 V/mespecificados por la Comisión Internacional sobre Protección de Radiación No Ionizante (3).
  • Medidores de gas y de electricidad digitales, conocidos también como “medidores inteligentes”. Estos aparatos, que operan a casi las mismas radiofrecuencias que los teléfonos celulares, transmiten información sobre el consumo de electricidad o de gas a las compañías de esos servicios. Los medidores inteligentes producen campos con grados muy bajos que no pueden distinguirse de los grados totales de radiación de radiofrecuencia de fondo que hay dentro de una casa (8).

Para aparatos domésticos y otros aparatos que se usan en la casa que requieren electricidad, los grados de los campos magnéticos son más altos cerca del origen del campo y decrecen rápidamente conforme se aleja el usuario de la fuente. Los campos magnéticos caen precipitadamente a una distancia de cerca de un pie de la mayoría de los aparatos. Para pantallas de computadoras, a una distancia de 12 a 20 pulgadas de la pantalla que es la distancia a la que se sienta la mayoría de las personas, los campos magnéticos son en forma similar dramáticamente más bajos.

¿Por qué se estudian los campos electromagnéticos no ionizantes en relación con el cancer?

Las líneas de transmisión y los aparatos eléctricos que emiten campos electromagnéticos (CEM) no ionizantes están presentes en todas partes en la casa y en el lugar de trabajo. Por ejemplo, las redes locales inalámbricas están casi siempre encendidas y en forma creciente están en las casas, las escuelas y en muchos lugares públicos.

No se ha identificado ningún mecanismo por el que los CEM de FEB podrían causar cáncer. Al contrario de la radiación (ionizante) de alta energía, los CEM de la parte no ionizante del espectro electromagnético no pueden dañar al ADN o a las células directamente. Algunos científicos han especulado que los CEM de FEB podrían causar cáncer por otros mecanismos, como al reducir las concentraciones de la hormona melatonina. Existe cierta evidencia de que la melatonina podría suprimir la formación de algunos tumores.

Estudios de animales no han proporcionado indicaciones de que la exposición a CEM de FEB esté asociada con cáncer (9-12). Los pocos estudios de alta calidad en animales no han proporcionado evidencia de que Wi-Fi sea perjudicial para la salud (7). El Instituto Nacional de Ciencias Ambientales de Salud, el cual es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, está llevando a cabo un estudio a gran escala en roedores sobre la exposición a energía de radiofrecuencia (el tipo usado en los teléfonos celulares). Esta investigación se está haciendo en laboratorios altamente especializados que pueden especificar y controlar las fuentes de radiación y medir sus efectos. Los resultados preliminares de este estudio fueron publicados en mayo de 2016.

Aunque no se sabe de un mecanismo por el que los CEM no ionizantes puedan dañar al ADN y causar cáncer, aun un pequeño aumento del riesgo tendría importancia clínica dada la difusión de la exposición a estos campos.

¿Qué han indicado los estudios acerca de posibles asociaciones entre los CEM no ionizantes y el cáncer en niños?

En numerosos estudios epidemiológicos y extensas revisiones de artículos científicos se ha evaluado la posible relación entre la exposición a los campos magnéticos no ionizantes y el riesgo de cáncer en niños (12-14). Los campos magnéticos son el componente de los CEM no ionizantes que generalmente se estudian en relación con sus posibles efectos para la salud. La mayor parte de las investigaciones se han centrado en la leucemia y en los tumores de encéfalo, los dos cánceres más comunes en niños. Algunos estudios han examinado la relación entre estos cánceres y el hecho de vivir cerca de líneas de transmisión, con campos magnéticos en el hogar y la exposición de los padres a altos niveles de campos magnéticos en el lugar de trabajo. No se ha encontrado evidencia consistente para una asociación entre cualquier fuente de CEM no ionizante y cáncer.

Exposición de las líneas de transmisión. Si bien un estudio realizado en 1979 indicó una posible relación entre el hecho de vivir cerca de líneas de transmisión y la leucemia en niños (15), estudios más recientes han mostrado una mezcla de resultados (16-24). La mayoría de estos estudios no encontraron una asociación o encontraron una solo para aquellos niños que vivían en casas con grados muy elevados de campos magnéticos, los cuales están presentes en pocas residencias.

Varios estudios han analizado los datos combinados de muchos estudios de exposición a líneas de transmisión y leucemia en niños:

  • Un análisis en conjunto de nueve estudios reportó un aumento doble del riesgo de leucemia infantil en niños con exposiciones de 0,4 μT o mayores. Menos de 1% de los niños en los estudios experimentaron este grado de exposición (25).
  • Un metanálisis de 15 estudios observó un aumento de 1,7 de leucemia infantil en niños con exposición de 0,3 μT o mayor. Un poco más de 3% de los niños en los estudios experimentaron este grado de exposición (26).
  • Más recientemente, un análisis en conjunto de siete estudios publicados después del año 2000 reportó un aumento de 1,4 de leucemia infantil en niños con exposiciones de 0,3 μT o mayores. Sin embargo, menos de la mitad de 1% de los niños en los estudios experimentaron este grado de exposición (27).

Para los dos estudios en conjunto y el metanálisis, el número de niños expuestos más era demasiado pequeño como para proveer cálculos estables de la relación entre dosis y respuesta. Esto significa que los resultados podrían interpretarse para reflejar aumentos lineales del riesgo, un efecto umbral a 0,3 o 0,4 μT, o sin aumento significativo.

No está clara la interpretación del resultado de un riesgo mayor de leucemia infantil entre niños con las exposiciones más altas (al menos 0,3 μT).

Exposición de aparatos eléctricos. Otra forma como los niños podrían exponerse a los campos magnéticos es por los aparatos electrodomésticos. Si bien los campos magnéticos cerca de muchos de los aparatos electrodomésticos son mayores que los que se encuentran en las cercanías de las líneas de transmisión, los electrodomésticos aportan menos a la exposición total de la persona a los campos magnéticos porque la mayoría de estos aparatos se usan solo por períodos cortos de tiempo. Y moverse aun una distancia corta de la mayoría de los aparatos eléctricos reduce la exposición dramáticamente. Una vez más, los estudios no han hallado una evidencia firme de una relación entre el uso de aparatos electrodomésticos y el riesgo de leucemia en la niñez (28).

Exposición a Wi-Fi. En vista del uso extendido de Wi-Fi en las escuelas, la UK Health Protection Agency (que ahora es parte de Public Health England) ha efectuado los estudios más grandes y más completos de medición para evaluar las exposiciones de niños a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia de redes inalámbricas de computadoras (29,30). Esta dependencia concluyó que las exposiciones de radiofrecuencia estaban muy abajo de los niveles máximos recomendados y que “no había razón para que no se siguiera usando Wi-Fi en las escuelas y en otros lugares” (31).

Una revisión de la literatura publicada concluyó que los pocos estudios de alta calidad hasta la fecha no proveen evidencia de efectos biológicos por exposiciones a Wi-Fi (6).

Exposición a estaciones base de teléfonos celulares. Pocos estudios han examinado el riesgo de cáncer en niños que viven cerca de estaciones base de teléfonos celulares o de transmisoras de radio o televisión. Ninguno de los estudios que calcularon las exposiciones a un nivel individual encontró un riesgo mayor de tumores en niños (32-34).

Exposición de los padres y el riesgo en los niños. Varios estudios han examinado la posible asociación entre la exposición materna o paterna a altos niveles de campos magnéticos antes de la concepción o durante el embarazo y el riesgo de cáncer en sus futuros hijos. Los resultados hasta la fecha han sido contradictorios (35,36). Esta cuestión necesita evaluación ulterior.

Exposición y supervivencia al cáncer. Unos pocos estudios han investigado si la exposición a los campos magnéticos está relacionada con el pronóstico o la supervivencia de niños con leucemia. Varios estudios retrospectivos pequeños de esta cuestión han ofrecido resultados incongruentes (37-39). Un análisis que combinó datos prospectivos de más de 3000 niños con leucemia linfoide aguda de ocho países mostró que la exposición a campos magnéticos de frecuencia extremadamente baja no estaba asociada con su supervivencia o riesgo de recurrencia (40).

¿Qué han indicado los estudios acerca de posibles asociaciones entre los CEM no ionizantes y el cáncer en adultos?

Muchos estudios han examinado la asociación entre la exposición a CEM no ionizantes y el cáncer en adultos, de los cuales pocos estudios han reportado evidencia de un riesgo mayor (1).

Exposiciones residenciales. La mayoría de los estudios epidemiológicos no han mostrado relaciones entre el cáncer de seno en mujeres y la exposición a CEM de frecuencia extremadamente baja en el hogar (41-44), aunque algunos estudios individuales han sugerido una relación; solo uno reportó resultados que eran estadísticamente significativos (45).

Exposiciones en el lugar de trabajo a radiación de frecuencia extremadamente baja.Varios estudios llevados a cabo en la década de los ochenta y a principios de 1990 indicaron que las personas que trabajaron en algunos oficios de electricidad en los que estuvieron expuestos a radiación de FEB (como operadores de centrales eléctricas y trabajadores de cableado telefónico) presentaron índices más altos de los esperados de algunos tipos de cáncer, en particular leucemia, tumores de encéfalo y cáncer de seno (mama) masculino (12). La mayoría de los resultados se basaron en los títulos de trabajo de los participantes y no en mediciones reales de su exposición.  Estudios más recientes, incluso algunos que consideraron las mediciones de exposición así como los títulos de los puestos de trabajo, no han mostrado en general un mayor riesgo de leucemia, tumores de encéfalo o cáncer de seno femenino por una mayor exposición a campos magnéticos en el trabajo (45-50).

Exposiciones en el lugar de trabajo a radiación de radiofrecuencia. Un número limitado de estudios han evaluado los riesgos de cáncer en trabajadores expuestos a radiación de radiofrecuencia. Un estudio grande de personal de la Marina de los Estados Unidos no encontró un exceso de tumores de encéfalo entre quienes con una alta probabilidad de exposición a radar (incluso técnicos en electrónica, técnicos de aviación y técnicos de control de incendios); sin embargo, la leucemia no linfocítica, en particular leucemia mieloide aguda, aumentó en técnicos en electrónica de escuadrones de aviación, pero no en personal de la Marina en otras categorías de trabajo (51). Un estudio de casos y controles en personal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos encontró la sugerencia de un riesgo mayor de cáncer de cerebro entre el personal que mantenía o reparaba equipo de radiofrecuencia o de emisión de microondas (52). Un estudio de casos y controles encontró la sugerencia de un mayor riesgo de muerte por cáncer de cerebro entre los hombres expuestos por la ocupación a radiación de microondas y/o de radiofrecuencia, con todo el riesgo excesivo entre los trabajadores en electrónica y electricidad ocupados en diseño, fabricación, reparación o instalación de equipo eléctrico o electrónico (53). No hubo evidencia de que trabajadores de una compañía de electricidad que estuvieron expuestos a campos electromagnéticos pulsátiles producidos por las líneas de transmisión tuvieran más probabilidad de presentar tumores de cerebro o leucemia que la población general (54).   Empleados de un fabricante grande de productos inalámbricos de comunicación no tenían más probabilidad de morir por tumores de cerebro o cánceres del sistema linfático o hematopoyético que la población en general (55).

¿Cuál es la conclusión de las organizaciones de expertos acerca del riesgo de cáncer procedente de campos electromagnéticos?

En 2002, la Agencia Internacional para Investigación de Cáncer (IARC), un componente de la Organización Mundial de la Salud, nombró a un grupo de trabajo de expertos para revisar toda la evidencia disponible sobre campos eléctricos y magnéticos estáticos y de frecuencia extremadamente baja (12). El grupo de trabajo clasificó los CEM-FEB como “posiblemente carcinógenos para humanos”, con base en limitada evidencia de estudios humanos en relación con la leucemia infantil. Los campos eléctricos estáticos y magnéticos y campos eléctricos de frecuencia extremadamente baja fueron determinados como “sin poder clasificarse en cuanto a su carcinogenicidad para humanos (12).

En 2015, el Comité Científico de la Comisión Europea de Riesgos para la Salud Emergentes y de Identificación Reciente revisó los campos electromagnéticos en general, así como los teléfonos celulares en particular. Encontró que, en general, los estudios epidemiológicos de campos de frecuencia extremadamente baja muestran un mayor riesgo de leucemia infantil con exposiciones promedio diarias calculadas arriba de 0,3 a 0,4 μT, aunque no se han identificado mecanismos y no hay apoyo de estudios experimentales que explique esos resultados. Encontró también que los estudios epidemiológicos sobre exposición a radiofrecuencia no muestran un riesgo mayor de tumores de cerebro u otros cánceres de la región de la cabeza y cuello, aunque permanece abierta la posibilidad de una asociación con neuromas acústicos (56).

¿En dónde puede encontrarse información adicional sobre campos electromagnéticos?

El sitio de Internet del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental (National Institute of Environmental Health Sciences, NIEHS) tiene información sobre los campos electromagnéticos y el cáncer.

El sitio web de la Occupational Safety and Health Administration tiene información acerca de las exposiciones a campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja en el lugar de trabajo.

El sitio web de la US Environmental Protection Agency tiene información sobre líneas de transmisión y otras fuentes de CEM.

La Comisión Europea tiene también información general sobre CEM.

El sitio web de la Organización Mundial de la Salud tiene también información sobre CEM y salud pública.

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Recursos relacionados

Referencias:

“Campos electromagnéticos y cáncer fue publicado originalmente por el Instituto Nacional del Cáncer”. https://www.cancer.gov/espanol/cancer/causas-prevencion/riesgo/radiacion/hoja-informativa-campos-electromagneticos
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Cómo citar: Autor, C. (2018, 29 de Agosto ) Campos electromagnéticos y cáncer. Conogasi, Conocimiento para la vida. Fecha de consulta: Noviembre 23, 2024

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